Ir al contenido

Este blog no pretende inspirarte. Pretende incomodarte. Y recordarte quién eres.

La autenticidad no se grita: se vive.

No necesitas otro espacio donde te digan cómo deberías ser.

Ni otra lista de consejos.

Ni una frase motivacional que no conecta con tu realidad.


Este blog no viene a endulzar nada.

Viene a abrir conversaciones. A veces incómodas. A veces necesarias.

Viene a poner palabras a esas cosas que muchas pensamos y pocas decimos.


Aquí no vas a encontrar promesas vacías ni lecciones de vida en 5 pasos.

Tampoco postales de perfección.

Lo que sí vas a encontrar es verdad. Cruda, elegante, a ratos incómoda, pero verdad.


Porque ser auténtica no es una pose.

Es un trabajo silencioso, a veces solitario.

Es mirar de frente lo que eres, lo que ya no eres y lo que quizá nunca fuiste.

Es dejar de encajar donde nunca estuviste cómoda.

Es, a veces, tener la valentía de decir: basta.


Este blog es para ti si estás cansada de sostener versiones antiguas de ti misma.

Si no buscas permiso, pero sí un espejo honesto.

Si sabes que la edad, las arrugas, las cicatrices y las decisiones no te restan, te afilan.


Aquí no venimos a inspirarte.

Venimos a incomodarte.

A remover lo suficiente para que recuerdes quién eres.

Y, si quieres, que lo muestres. Sin disfraces. Sin filtros. Sin excusas.


Bienvenida a Auténticas.

Cosas que ya no nos callamos